Comisiones Obreras de Andalucía | 21 noviembre 2024.

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    25N - Por ti, por mi y por todas las compañeras

    El nacimiento de las Comisiones Obreras

    La primera semana del mes de Abril de 1.962 tenía lugar la huelga más importante habida en la provincia de Cádiz desde los tiempos de la II República: la protagonizada por los viticultores del Marco de Jerez en demanda de subidas salariales para los eventuales y que finalizó una semana más tarde con un acuerdo de las partes que recogía importantes mejoras y que suponía un gran triunfo para los trabajadores.

    No se trataba de la primera movilización del sector, ya que desde los primeros años 50 se tiene constancia de otras huelgas esporádicas protagonizadas por jornaleros, principalmente de Sanlúcar. Lo relevante de la huelga de 1.962 es que por primera vez se organiza contando con todos los jornaleros del Marco de Jerez. Al frente de la organización se encuentran militantes obreros que desde Sanlúcar extienden su influencia a otras localidades de la comarca y que forman las primeras Comisiones Obreras de la provincia de Cádiz.

    La importancia de estas luchas obreras en la provincia de Cádiz es tal que aún hoy se discute si las primeras Comisiones Obreras nacieron en la mina asturiana de La Camocha, como tradicionalmente se le sitúa, o fue en el Marco de Jerez donde aparece por primera vez este movimiento de lucha organizado en torno a las llamadas comisiones obreras que aparecen y desaparecen en función a las reivindicaciones del momento. Pero fuese aquí o en otro lugar, lo que queda fuera de toda duda es el protagonismo del movimiento obrero campesino de nuestra provincia en el nacimiento de las Comisiones Obreras.

    Huérfano el movimiento obrero de toda tutela sindical, tras la práctica desaparición de las organizaciones tradicionales, U.G.T. y C.N.T., desarticuladas tras la guerra civil española, comienza a surgir en nuestro país en la década de los 50 una novedosa forma de lucha sindical, consistente en la creación de comisiones de trabajadores - comisiones obreras -, que contaban con la aceptación de sus compañeros, cuya función era discutir con los patronos condiciones salariales y laborales, y cuya vigencia se limitaba a los motivos de la reclamación disolviéndose posteriormente. Generalmente, los componentes de estas comisiones que soportaban considerables riesgos, eran militantes comunistas o de organizaciones cristianas.

    Esta forma de actuación se ve favorecida, sin proponérselo sus promotores, por una serie de novedades institucionales introducidas en los años 50 por el Gobierno franquista en el ámbito laboral. Primero fueron las elecciones a Jurados de Empresa y Enlaces sindicales, que van a celebrarse por primera vez en 1.953 y 1.954, y que continuarían en 1.957, 1.960, 1.963, 1.966, 1.971 y por último en 1.975, y posteriormente con la aparición de la Ley de Convenios Colectivos en 1.958 que incrementa considerablemente las posibilidades de movilización. Por supuesto que la voluntad del Régimen no era favorecer la movilización y organización de los trabajadores, puesto que su única pretensión era buscar fórmulas de acatamiento y colaboración con la patronal por parte de los trabajadores.

    La lucha obrera en la década de los sesenta. Hacia un sindicalismo de nuevo cuño

    Estas experiencias primeras fueron vitales en la configuración de las posteriores CCOO. La combinación de lo legal, aunque el marco fuese mínimo, con lo ilegal posibilitaba junto al incremento del margen de movilización de los trabajadores, la aparición de nuevos cuadros y dirigentes y el acercamiento a otros sectores sociales opuestos al Régimen. La estrategia de aprovechar las elecciones sindicales para organizarse da sus frutos, sobre todo en las elecciones de 1.966 que suponen un impulso organizativo y de coordinación importantísimo. Hacia la mitad de los años 60 ya es una realidad la coordinación sectorial y territorial de las Comisiones Obreras y en 1.967 se produciría la coordinación estatal.

    En nuestra provincia esta estrategia es también aprovechada para el avance del movimiento obrero, representado aquí fundamentalmente por dos organizaciones: las CCOO en esos momentos dirigidas mayoritariamente por activistas vinculados al Partido Comunista (aunque para éste no dejaban de ser una plataforma puesto que su modelo de sindicato pasaba por la O.S.O. - Oposición Sindical Obrera - que no llegó a cuajar), y la U.S.O. nacida del movimiento de cristianos de izquierdas sin vinculación política. Estas dos fuerzas sindicales protagonizarán todos los conflictos sociales que se dan en la provincia desde los años sesenta hasta el fin del franquismo.

    A destacar también el importante papel jugado por el sector más progresista de la Iglesia Católica, principalmente el vinculado al mundo del trabajo a través de organizaciones como la H.O.A.C. y la J.O.C., así como los llamados curas obreros, que ponen los locales parroquiales a disposición de los trabajadores para reuniones y cuya contribución a la causa fue destacadísima nutriendo, a su vez, de militantes a las organizaciones obreras.

    Las Asambleas de carácter abierto comienzan a formar parte de manera destacada de la estrategia sindical, empleándose para ello desde las propias dependencias del Sindicato Vertical, hasta los locales parroquiales, el autobús del desplazamiento al trabajo, el comedor de la empresa durante la comida o el bocadillo y hasta pinares o descampados si la necesidad lo requería. De esta manera, las Asambleas comienzan a ser una de las señas de identidad más significativas de las CCOO

    Las protestas no tardan en politizarse, más que por el empeño de los dirigentes obreros por la propia actitud del Régimen, que convierte los conflictos laborales en problema de orden público y como tal actúa reprimiéndolo con despidos y detenciones, dando lugar a respuestas de solidaridad y a que a las reivindicaciones puramente laborales se uniese la demanda de libertades de reunión, expresión y huelga.

    En este período de la mitad de los 60, CCOO trabaja en la definición de sus principios, que junto a la reclamación del derecho de asociación obrera y la defensa de un sindicalismo independiente del Estado y de los partidos políticos, propugna un sindicalismo unitario con una central única constituida a partir de un proceso asambleario en las empresas con participación de las organizaciones obreras. En este contexto CCOO se define a sí misma como un movimiento independiente de la clase obrera, integrado por trabajadores de distintas creencias políticas y religiosas y que tomaban las decisiones democráticamente mediante mecanismos asamblearios.

    El reforzamiento organizativo de CCOO en estas fechas es una realidad, a lo que contribuye considerablemente tres aspectos: la difusión en el extranjero y búsqueda de apoyo tanto en organismos y organizaciones internacionales como entre los emigrantes españoles, la potenciación de los despachos de abogados laboralistas ligados a CCOO y la publicación de prensa clandestina con la misión de orientar a los militantes y homogeneizar sus posiciones.

    La expansión de CCOO coincide con el aumento de la actividad huelguística en el país, principalmente concentrada en cinco provincias industriales: Barcelona, Vizcaya, Guipúzcoa, Asturias y Madrid. En la segunda mitad de los sesenta la movilización y la organización de CCOO se va extendiendo a otras áreas geográficas: Valencia, Galicia (El Ferrol y Vigo), Andalucía (principalmente los metalúrgicos de Sevilla y, por supuesto, el campo y las bodegas de Cádiz).

    También en Cádiz es notorio el avance que experimenta CCOO, que sigue teniendo en el Marco de Jerez, incluido el sector bodeguero de El Puerto de Santa María, su área de mayor influencia. En Diciembre de 1.969 se produce el conflicto laboral más importante de las últimas décadas en el Marco de Jerez: el de los viticultores que en vísperas de las labores de poda se declaran en huelga reclamando subidas salariales. La huelga dura prácticamente dos meses, negándose los patronos a entablar negociaciones y teniendo que intervenir el propio Ministro de Trabajo. Finalmente el conflicto se resuelve con una clara victoria de los trabajadores. Sin embargo, la respuesta del Régimen llega de inmediato, con la detención un mes después de los principales dirigentes obreros y la desarticulación del Partido Comunista Provincial.

    Aparecen en estos momentos en todo el país nuevas dificultades para el desarrollo de CCOO, principalmente de orden represivo y por controversias internas. Múltiples sentencias califican a las CCOO de asociación ilícita, lo que da lugar a una masiva desposesión de cargos sindicales y numerosas detenciones que llevan a la cárcel a muchos cuadros y militantes, provocando un cierto descabezamiento del movimiento, la incorporación de dirigentes jóvenes y la aparición de polémicas internas, lo que trae como consecuencia un descenso en los niveles de protesta obrera.

    Agonía del franquismo y aumento de la represión. Avance imparable del movimiento sindical democrático

    A partir de 1.970 se recrudece la conflictividad, a partir de la negociación colectiva y con CCOO en el centro de la misma. Se extiende la movilización a otras regiones y se incorporan otros sectores como la construcción, el transporte, la química, la banca, la enseñanza, la sanidad o el textil, este último con un alto componente femenino lo que supone un importante avance en la incorporación de la mujer a la lucha obrera.

    La respuesta del Régimen y de la patronal a estas movilizaciones aumenta en brutalidad y la violencia de la represión policial lleva a cobrarse varias vidas de trabajadores: 1 obrero en Erandio (1.969), 3 obreros de la construcción en Granada (1.970), un trabajador de la construcción en Madrid (1.971), un metalúrgico de la SEAT en Barcelona (1.971), 2 metalúrgicos de Bazán en El Ferrol (1.972), un obrero de la construcción en San Adrián del Besós (1.973), gran parte de los mismos eran militantes de CCOO

    A esto unir los miles de despidos, detenciones y procesamientos, con la intención de intimidar y persuadir a quienes intentaban movilizarse y organizarse. El más emblemático de estos procesos es el conocido como Proceso 1.001, instruído contra 10 dirigentes de CCOO, encabezados por Marcelino Camacho y entre ellos 3 andaluces: Eduardo Saborido, Francisco Acosta y Fernando Soto, que fueron detenidos el 24 de Junio de 1.972 cuando celebraban una reunión en un convento de Pozuelo de Alarcón (Madrid). El juicio se celebra en Diciembre de 1.973, coincidiendo con el atentado de Carrero Blanco, Vicepresidente del Gobierno, y a los encausados le caen más de 160 años de cárcel.

    En Cádiz y tras el fuerte varapalo de 1.970, se inicia a partir de 1.973 un proceso de recomposición de CCOO con la colaboración de la militancia sevillana. Se emprenden nuevas acciones, se amplía el ámbito de actuación a diversas localidades y a otros sectores diferentes a los tradicionales que habían sido el campo y las bodegas. Aparecen las CCOO en la construcción, que empieza a protagonizar importantes movilizaciones en esas fechas, en el metal (Astilleros, CASA, PYME), en Tabacalera, en la alimentación, en el transporte, en la hostelería, en la banca, etc.

    La movilización de los trabajadores y su politización es ya imparable en toda España, con CCOO jugando un papel fundamental en este proceso. La petición de amnistía, derechos y libertades democráticas se generalizan. Las huelgas generales se suceden y la represión del Régimen que está viviendo su agonía se agudiza. En Enero de 1.976 la huelga general de Vitoria se salda con 4 obreros muertos y varias decenas de heridos.

    La represión del franquismo tiene honda repercusión en Cádiz y en Enero de 1.974 se produce en nuestra provincia un rosario de detenciones de activistas obreros de todo signo, entre los que cabe señalar la de los dirigentes provinciales de la U.S.O. que son encarcelados casi un mes y la del dirigente de Astilleros de CCOO, Manuel García Túnez, que es sometido a procesamiento con una petición fiscal de 5 años de cárcel, permaneciendo un año en prisión.

    El fin del Sindicato Vertical. Históricas movilizaciones en Cádiz

    Las elecciones sindicales celebradas al final del primer semestre de 1.975 suponen el respaldo definitivo de los trabajadores al sindicalismo democrático. Las candidaturas unitarias y democráticas auspiciadas por CCOO y U.S.O, U.G.T. se negó a participar, consiguen imponerse en la mayor parte de las empresas, dando alas a la extensión de la lucha por las libertades y los derechos de los trabajadores.

    El movimiento sindical gaditano vive días de enorme entusiasmo. Prácticamente se copan los cargos más significativos del Sindicato oficial, se imponen las asambleas en sus edificios y locales, y se camina decididamente al desmantelamiento y a la liquidación de éste. Mientras, se aprovechan las parcelas de libertad que se van conquistando para avanzar en consolidar la nuevas organizaciones obreras y en su coordinación.

    La muerte del dictador en Noviembre de 1.975, da un nuevo y definitivo impulso al movimiento sindical. Las movilizaciones se suceden en todas partes, principalmente alrededor de la negociación colectiva, aunque también se abren otros frentes de lucha obrera. En nuestra provincia, junto a la permanente movilización jornalera, las luchas por Convenios mejores se extienden a casi todos los sectores, destacando en estas fechas las huelgas protagonizadas por los trabajadores de la panadería y de la hostelería que duran varios días. De manera especial destacan en esta etapa tres conflictos provinciales, en todos los cuales CCOO tiene una incidencia especial.

    El primero, la huelga protagonizada por los trabajadores de la construcción, que tan importante papel jugaron en el desmantelamiento de las estructuras del Vertical en nuestra provincia. El conflicto que se fragua en Jerez a primeros de Mayo de 1.976, en demanda de mejoras esenciales del Convenio Colectivo provincial, se extiende rápidamente a toda la provincia, paralizándose la práctica totalidad de la actividad en el sector. En la primera semana se produce una decena de detenciones de dirigentes sindicales, la mayoría de CCOO entre ellos Juan Pérez Pérez, posterior Secretario General provincial del Sindicato, que permanecen encarcelados hasta la terminación del conflicto, que finalmente se cierra un mes después con un gran triunfo de los trabajadores que consiguen la mayor parte de sus reivindicaciones.

    El segundo, tiene lugar en Julio de 1.977 y lo protagonizan los trabajadores de la BAZAN de San Fernando que se niegan a reparar en su factoría el buque escuela de la Armada Chilena ?Esmeralda?, convertido en cárcel y centro de tortura por la Dictadura de Pinochet. Los trabajadores se declaran en huelga exigiendo la salida del barco de aguas de la Bahía. La huelga dura una semana y la movilización se extiende al conjunto de la Bahía, llegándose a dar fuertes enfrentamientos con la policía, con heridos y detenidos. Fue una batalla de solidaridad con el pueblo chileno que tuvo una amplia resonancia internacional.

    El tercero, arranca a principios de Octubre de 1.977 con la crisis del sector naval, que pone en peligro la continuidad de los astilleros de la Bahía, conllevando la pérdida de miles de puestos de trabajo. La respuesta supera el ámbito sindical y se extiende a todos los sectores sociales y políticos, dando como resultado la manifestación multitudinaria con más de cien mil personas que recorre la principal avenida de Cádiz en la tarde del 11 de Octubre y que es, hasta hoy, la mayor movilización ciudadana de toda la historia de la provincia. Las movilizaciones continúan en el ámbito sindical, incrementando su tono en los días posteriores y produciéndose graves disturbios, forzando el cambio de actitud del Gobierno de la UCD que finalmente llega a un acuerdo el 16 de Julio de 1.978 con los Sindicatos garantizando el mantenimiento de la actividad y el empleo.

    El fracaso de la unidad sindical orgánica

    La ola general de movilizaciones parece empujar a las organizaciones obreras hacia la unidad, lo que anima a CCOO a luchar por sacar adelante su proyecto de Congreso Sindical constituyente del que saldría una central sindical única y aunque en Julio de 1.976, CCOO, U.G.T. y U.S.O. constituyen la C.O.S. (Coordinadora de Organizaciones Sindicales), su vida fue muy efímera desapareciendo en Marzo de 1.977.

    La acción más destacable de esta Coordinadora fue la convocatoria de huelga general del 12 de Noviembre de 1.976, en contra de la congelación salarial y el paro, por la amnistía laboral y la libertad sindical, que obtuvo un importante respaldo, solo en Cádiz se llegó a los 40.000 huelguistas. Al fracaso de la C.O.S. no fue ajena la social democracia europea cuyo proyecto para España pasaba por una U.G.T. fuerte a la que sostuvo con fuertes apoyos. Con este desenlace se pone también final al proyecto unitario de CCOO

    También desde el Gobierno se maniobró para marginar a CCOO El hecho más claro y sorprendente se dio en Abril de 1.976 con la celebración en Madrid del XXX Congreso de U.G.T., que contó con autorización administrativa aunque camuflado como ?seminario para el estudio de problemas laborales?, mientras que a CCOO se le deniega su solicitud de Asamblea General en Madrid, también pretendidamente camuflada ?para el estudio de problemas laborales y sindicales?, teniéndose que celebrar finalmente de manera clandestina en unos locales parroquiales de Barcelona.

    CCOO de movimiento organizado a Sindicato de clase

    La histórica Asamblea General de CCOO.celebrada en Barcelona el 11 de Julio de 1.976, con la asistencia de numerosos militantes desplazados desde todos los rincones del Estado español y previamente preparada con Asambleas de nacionalidad y región, llega a la conclusión de que la continuidad de CCOO solo es posible si se articula como Sindicato de clase, decidiéndose a dar el salto organizativo y preparar un Congreso para ese mismo otoño, que finalmente se celebraría en Junio de 1.978.

    El 27 de Septiembre del mismo año la Coordinadora General reunida en Madrid decide adoptar el nombre de Confederación Sindical de CCOO, abriéndose un proceso de afiliación que vino precedido de una campaña de difusión entre los trabajadores y trabajadoras con la distribución de un millón de bonos de apoyo a CCOO El 20 de Febrero de 1.977 se constituye en Sevilla la Unión Sindical de CCOO de Andalucía, mientras que en nuestra provincia lo hacía la Unión Provincial de CCOO de Cádiz.

    La libertad sindical conquistada

    Por fin el 27 de Abril de 1.977 son legalizados los Sindicatos en España. Se había conquistado la ansiada libertad sindical. Quedaban atrás muchos años de heroica lucha, de dura represión, de despidos masivos, de torturas y cárceles, de asesinatos de obreros. Nadie podría negar la enorme contribución del movimiento obrero y de CCOO, en particular, en la conquista de las libertades y en la restauración de la democracia en España.

    Pero habiendo sido agotador el camino recorrido hasta llegar aquí, aún quedaba mucho por hacer. Había que ponerse sin pérdida de tiempo a construir un sindicalismo que necesariamente debería ser diferente de aquel otro que estaba en el recuerdo de nuestros mayores. Los tiempos eran otros y el escenario muy diferente. Había que dar respuesta a las nuevas necesidades de los trabajadores y trabajadoras en una sociedad cambiante cuya transformación se producía de manera acelerada.

    Un nuevo sindicalismo que a los postulados de reivindicativo y de clase, debería unir los principios de unitario, independiente, participativo, socio-político, pluriétnico, internacionalista e impulsor de la igualdad de oportunidades de hombres y mujeres. En definitiva, hablamos de los mismos principios que habían inspirado la larga lucha de CCOO y que hoy son la esencia de su práctica sindical.