Comisiones Obreras de Andalucía | 3 julio 2024.

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    Entrevista | Nuria López Secretaria general de CCOO en Andalucía

    "No hablo en serio con el presidente de la Junta desde hace un año, no hay diálogo sino monólogo"

      Nuria López (Écija, 1978) accedió a la secretaria general de CCOO en Andalucía en 2017, cargo que revalidó en 2021. Estudió Derecho en la Universidad de Sevilla y siempre presume de sus orígenes en el mundo del ladrillo, donde comenzó trabajando como visitadora de obras en prevención de riesgos laborales, sin olvidar que su padre es albañil. Fue la primera mujer y la más joven en liderar una organización sindical del tamaño de CCOO en Andalucía (158.300 personas afiliadas). Habla claro y no se arrepiente de los acuerdos de concertación social sellados con el Gobierno del PP y los empresarios en Andalucía aunque su evaluación del pacto total es cruda: "No hay diálogo", sentencia.

      17/06/2024.

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      PREGUNTA. ¿En qué momento está Andalucía?

      RESPUESTA. Andalucía tiene todos los avíos y todos los ingredientes para estar en un momento de desarrollo importante. Tenemos una situación estratégica. Tenemos el sol, fuente de las energías renovables y, por tanto de futuro, importante. Tenemos esa energía barata que podemos exportar y producir y que, además, puede atraer a grandes industrias. Siempre ha sido la dependencia energética el hándicap de las empresas para no instalarse aquí. Tenemos la gente, preparada, cualificada, que necesita, en una parte importante, reciclaje y hay instrumentos públicos para eso. Tenemos un cambio de normas que está facilitando que vayamos dejando atrás las grandes tasas de paro que ha tenido siempre históricamente nuestra comunidad. La reforma laboral ha permitido empleo estable, aunque todavía queda mucho. Hay cerca de 700.000 personas que quieren trabajar y no pueden hacerlo y muchas de las que están trabajando lo hacen en condiciones precarias.

      P. ¿Andalucía está en un momento de transformación?

      R. Sí, sí. Tenemos también un campo andaluz que está en plena transformación. Es importante que no nos pongamos de espaldas a la transformación, sino que la gobernemos. Esto no es una cuestión de quien tiene el tractor o la tierra, sino también de quien la trabaja. Andalucía tiene un papel importante que jugar. Tenemos nuestros puertos, que se están reconfigurando y que pueden ser una seña de identidad. Tenemos todos los ingredientes para dar el salto que Andalucía necesita y para, de una vez por todas, converger con el resto de Europa y con el resto del país.

      Sin embargo creo que hay oportunidades que no se están poniendo en marcha. A nosotros nos preocupa mucho que el Gobierno andaluz no ponga la maquinaria a funcionar. Nos preocupa que ahora mismo el Gobierno andaluz está mutis por el foro o promocionando la liberalización absoluta de los recursos naturales, del sol, del viento, de la tierra, de las costas. Hay una ley de simplificación administrativa, que va por el tercer o cuarto plan, cuando se sacan tantos planes es porque el primero no ha funcionado, que lo que hace es liberalizar sin controles públicos.

      P. ¿Cuál es su diagnóstico del Gobierno andaluz?

      R. El Gobierno andaluz no está en los asuntos que tiene que pilotar desde la Administración para que se genere riqueza. No solamente para que se genere riqueza económica para algunos, ni beneficios para algunos, sino riqueza económica para una comunidad autónoma como es Andalucía y que se reparta en forma de salarios, de empleo y de desarrollo futuro de nuestro pueblo. Hay un sector como el de cuidados, que Andalucía tiene también un potencial enorme, que se hace sobre la precariedad de las trabajadoras y donde las empresas tampoco pueden planificar. A nosotros nos preocupa que hay un no hacer por parte del Gobierno andaluz, una ineficacia en la gestión que está perjudicando al potencial que ahora mismo tiene Andalucía.

      P. ¿Esta dejación de funciones que me está describiendo cree que corresponde con una manera de pensar, con una ideología, o con una incapacidad, con perfiles en el Gobierno que a lo mejor no son los adecuados?

      R. Pues yo creo que se junta el hambre con las ganas de comer. Es una idea de no ponerle coto al mercado, a los capitales, a las empresas. ¿Que nosotros queremos que las empresas ganen? Pues claro, que ganen pero con un retorno social. El Gobierno andaluz es de la opinión de que hay que dejar al mercado y el mercado hemos visto que es muy egoísta, que si no lo controlan, no se controla. Claro que hay que controlar a la acción del mercado, sobre todo cuando se ponen recursos públicos encima de la mesa. O quién es quien se está llevando los poquitos fondos que se están poniendo en juego las empresas. Hay una ineficacia también en la gestión. Puedo hablar de educación o de dependencia o puedo poner de ejemplo algunas situaciones que se dan que son surrealistas, empresas que se quieren implantar en Andalucía que tardan años en implantarse.

      P. Exactamente, ¿qué está pasando con los fondos europeos?

      R. Lo primero es la falta de transparencia. Lo segundo, que no se ha contado con nadie para decir dónde se ponen los huevos en la cesta, para desarrollar el potencial que tenemos. Al menos con las organizaciones sindicales y con esta que te habla no se ha abordado ni los cambios energéticos, ni los cambios tecnológicos, ni los cambios sociales, ni los cambios digitales, ni por dónde tendríamos que abordar para poner esos fondos que son importantes y que vienen, además, por cuatro bloques que para nosotros son trascendentales para dar ese salto que necesitamos.

      P. Pero ¿saben cómo se están ejecutando esos fondos?

      R. La gestión no sabemos cómo está, nosotros pensamos que puede haber un cuello de botella. Hay falta de funcionarios, que viene ya desde hace años, pero que ahora es mucho más visible en las administraciones. Existe una falta de permeabilidad de los fondos europeos en Andalucía y falta de ideas. Se tira siempre de lo dicho. Por ejemplo, en la agricultura, de los caminos rurales. Vamos, que está muy bien adecentarlos pero, hombre, no será lo estratégico asfaltar los caminos rurales.

      P. ¿Qué está ocurriendo con la dependencia en Andalucía?

      R. En todo lo que son los cuidados hay una decisión política. No se quiere que el sistema de dependencia funcione bien para deteriorarlo, para desgastarlo, para ponerlo en carga en el mercado.

      P. ¿Para beneficiar al sector privado?

      R. Pues a un determinado sector privado en concreto. Porque no tiene sentido lo que se ha hecho. Las últimas reformas que se han hecho del sistema de dependencia son para hacerle un boicot a que las personas puedan echar las solicitudes y para hacer un boicot para que el sistema sea ágil y la gente no se pierda. Además se devuelve dinero o se reformulan los programas. Si esto ocurre es que has hecho una mala planificación y hay una pérdida de tiempo. Cuando tú cambias las reglas del juego a mitad del partido es porque no tienes en la cabeza qué es lo que quieres hacer. El Estado está cumpliendo por primera vez después de muchos años y tú (Junta de Andalucía) no estás poniendo tu parte.

      Problemas en la dependencia

      P. Los problemas que hay con el sistema de dependencia son similares a los que hay en otras comunidades.

      R. Iguales no. Aquí hay un problema de volumen de listas de espera y también de trabajadoras precarias. Superprecarias, en superlativo. Y no plazas públicas. Colapsa el sistema por la entrada, por la gestión y por la salida.

      P. ¿Le preocupa más la situación de la dependencia que la sanidad?

      R. No, por igual. Nos preocupan todos los servicios públicos. Los reforzamientos de plantilla a través de ofertas públicas de empleo no están llegando al debido tiempo. No hay excusas para echarle la culpa a otro gobierno. Andalucía también tiene que hacer dentro de su margen presupuestario, dentro de su margen legal y dentro del Estatuto de Autonomía, los deberes. Y no lo están haciendo. Han decidido durante seis años consecutivos y, especialmente en el último periodo, seguir haciendo rebajas fiscales y eliminar del presupuesto directamente 900 millones que vendrían muy bien para acometer el refuerzo de las plantillas en la Administración pública.

      P. Saldrán a la calle el 18 de junio en defensa de los servicios públicos. ¿Por qué exactamente?

      R. Todos los servicios están menguados en plantillas. La educación pública, la sanidad pública, la justicia, la dependencia. Luego te puedes ir a otros servicios que ya no los presta directamente la administración pero que se prestan a través de contratas y subcontratas o de licitaciones. Los servicios complementarios de la educación, la limpieza, la seguridad, mantenimiento de los hospitales... O sea, tú eres un mal empresario, eres un mal gestor. Eso de que en el Gobierno andaluz gestionan bien, nosotros no lo vemos porque lo sufrimos. Lo sufrimos como usuarios de los servicios públicos pero además como trabajadores. Y luego en la administración, en el segundo anillo, empresas públicas, agencias, pues tienen un cacao y la negociación colectiva bloqueada. Llamas a una consejería para decirle cuál es el problema y es como si no fuera con ellos.

      P. ¿Ese deterioro en los servicios públicos es responsabilidad de los gobiernos del PP o viene de atrás?

      R. Lógicamente viene de atrás. Ya había problemas. La pandemia nos puso de manifiesto que había problemas anteriores. Había problemas de plantilla, problemas de saturación de servicios, había una falta de agilidad también en la negociación colectiva, pero se han incrementado y ahora mismo tendríamos recursos para abordar las necesidades, hay fondos por muchas vías, desde Europa y desde el Estado.

      P. Entiendo que el diálogo social está en punto muerto. Firmaron un acuerdo el pasado 13 de marzo.

      R. Se está incumpliendo el acuerdo. Para nosotros cumplir el acuerdo no es decir me reúno una vez contigo, he sacado esta norma yo solo, unilateralmente, te he llamado para que vengas aquí cuatro veces y le pones el 99% o el 90% del cumplimiento. A nosotros no nos duele firmar acuerdos con el Partido Popular, con el Gobierno andaluz, pero ellos no están en el diálogo.

      P. ¿Desde cuándo no habla con el presidente de la Junta?

      R. Desde el día de la firma del acuerdo hace un año. Hablar seriamente, ese día. Claro, lo invitamos a la caseta (de la Feria de Abril de Sevilla) porque nosotros somos gente generosa en lo institucional. Cuando vamos a los sitios, nos saludamos pero lo que es para hablar de política, para hablar de política necesaria y de medidas necesarias y de soluciones necesarias para los trabajadores, con el presidente de la Junta de Andalucía no hablamos desde hace más de un año. Sí hablamos con el consejero de Presidencia, pero un consejero no da abasto. Hablamos con determinadas consejerías que tienen más facilidad para hablar, pero no digo que resuelvan. Y luego hay otras que son búnker.

      Consejerías "búnker"

      P. ¿Quiénes son las que tienen más facilidad para hablar?

      R. Nosotros con Empleo hablamos, con la Consejería de Industria lo hacemos también. Pero una cosa es hablar y otra cosa es dialogar. Dialogar en una mesa con papeles cuesta mucho más. De verdad que hay algunas consejerías que sí que tienen una cierta voluntad, aunque muchas de tus propuestas luego no se recojan, pero al menos te dan un feedback del por qué no. Pero hay otras en la inmensa mayoría que no. Dependencia e igualdad, agricultura o medioambiente son un búnker. O Hacienda, que tendría que ser fácil, pues tiene muchos problemas.

      P. ¿Se arrepiente de haber firmado ese acuerdo?

      R. No. Muchos problemas laborales se resolverían si hubiese voluntad de diálogo. En el acuerdo venían cosas equilibradas. Nosotros tomamos la decisión de firmar el acuerdo porque una parte importante de nuestras propuestas sindicales para mejorar la vida de los trabajadores estaban recogidas. No entendemos por qué no lo cumplen.

      P. Salud sí se sienta con los sindicatos en las mesas de negociación, ¿no?

      R. Es que no se dialoga. Se queda para hablar de los problemas, pero no ponen una hoja de ruta para resolverlos. Y siempre su decisión es la última, la única.

      P. A estas alturas, ¿CCOO conoce el plan de verano del SAS y cuántos centros de salud, por ejemplo, van a tener que cerrarse por la falta de profesionales?

      R. No conocemos el plan ni conocemos los centros. Vamos, lo conocemos porque nosotros hacemos un trabajo de campo pero no hay una información oficial. De cada consejería te puedo poner 10 ejemplos. El diálogo no es solamente firmar un papel un día y cumplirlo como tú quieres. El diálogo social es una negociación, ver desde distintos puntos de vista el mismo problema e intentar poner una solución compartida. Eso no está ocurriendo

      P. Moreno siempre habla de mano tendida al diálogo...

      R. El diálogo lo convierte en monólogo. Algo falla. No estamos satisfechos. Yo quiero pensar que el presidente se cree el diálogo, su firma va ahí, se comprometió. Pero... al final tengo la sensación de que fue un papel de un día. O su gobierno no es consciente de la importancia del diálogo o no es consciente de lo que firmó su presidente y él representa a todos los andaluces.

      Hablan las urnas

      P. Las urnas no comparten su diagnóstico. Los andaluces acaban de dar, de nuevo, una holgada victoria al PP en las europeas. No hay castigo, desde luego, al Gobierno.

      R. La participación ha sido escasa y deberíamos de pensar por qué. Es verdad que el resultado es aplastante y hay que felicitar a quien ha ganado. Creo que tiene mucho que ver el pasado, veníamos de un gobierno socialista anterior que tenía un desgaste, había un deseo de cambio. Los proyectos alternativos al gobierno, la oposición, deben también fraguarse y mostrarse a la ciudadanía. La gente es muy inteligente y sabe votar. Todos los votos son prestados, que nadie se olvide. Se verá el desgaste en los servicios públicos, pasará factura. Con los problemas que existen en el acceso a la vivienda, la gestión del bono al alquiler, tendrá consecuencias. Hasta que el ciudadano percibe el problema pasan años.

      P. ¿Cuál es el estado de la oposición?

      R. En la oposición tienen mucho que hacer. Los proyectos políticos, las propuestas, las soluciones a los problemas deben percibirse y eso cuesta tiempo. No hay un proyecto alternativo que ilusione. La oposición necesita acelerar un poquito el paso.

      P. ¿El auge de la ultraderecha, le preocupa? ¿Están los trabajadores sumándose a esa ola?

      R. Claro que nos preocupa. Prenden porque la sociedad está harta de que sus problemas no se solucionen. Caer en el terreno de juego que marca la ultraderecha o en opciones que simplemente se dedican a atrapar el cabreo generalizado es peligroso. La gente a veces se agarra a un rayito de luz, de esperanza y, a veces, eso es muy perverso porque son rayos destructores.

      P. Empieza el verano, volveremos a oír al sector turístico, hoteles, bares o restaurantes decir, como oimos ya en la construcción, decir que falta mano de obra cualificada. ¿Qué falla?

      R. Faltan condiciones laborales adecuadas y dignas y que las empresas no utilicen a las plantillas como clínex en función de las temporadas. ¿Por qué las empresas no destinan parte de sus beneficios para reciclar a sus trabajadores? No faltan trabajadores, faltan condiciones laborales adecuadas que sean atractivas.

      P. ¿Por qué sería necesaria una tasa turística en Andalucía?

      R. Queremos la tasa turística, se lo hemos dicho al consejero, y el Gobierno andaluz ha obviado el debate. Han hecho una especie de terapia de grupo, con su gente de las empresas, con sus alcaldes y han pensado “póngase de acuerdo en una cosa que no nos vea nadie y vamos a tirar hacia adelante”. Hay un debate real. No criminalizamos el turismo, vivimos de él, somos trabajadores, pero queremos un turismo que sea sostenible y que respete los derechos de los trabajadores, de los ciudadanos y de la vivienda. Queremos hablar de tasa turística, que repercuta en los servicios públicos, en la limpieza, en los transportes, en la recualificación de los trabajadores… Para eso queremos una tasa. Hacen el debate con quien les dice lo que quieren escuchar.

      P. Si tuviera que pedirle solo una cosa a Pedro Sánchez ¿qué le pediría?

      R. Quiero acabar con el paro en Andalucía y para eso tiene que tener industria. En la cohesión está la clave del desarrollo de este país, sin Andalucía no se puede hacer nada. Que escuche a Andalucía, si el Gobierno andaluz está a la defensiva, le digo que hay otros muchos actores a los que escuchar. Está muy bien que los ministros y las ministras vengan en épocas electorales pero hace falta que nos escuchen más. Y que cumpla el acuerdo que firmó de empleados públicos, vinculado al IPC, que está pendiente el salario de los funcionarios.

      P. Y si nos lee Juanma Moreno, que lo mismo sí, ¿qué le pediría?

      R. Para no desaprovechar las oportunidades, que escuche a los trabajadores, que escuche, que se siente, que de verdad entienda lo que ahora mismo es el diálogo social que hoy es un monólogo. Creo que desconoce las necesidades reales de los trabajadores.