Comisiones Obreras de Andalucía | 3 julio 2024.

Siempre fuertes y esenciales
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    Los derechos se deciden TAMBIÉN en Europa

      Somos más las personas que queremos una Europa social plural, abierta y solidaria, que extienda la democracia, sus valores y el respeto por los derechos humanos. Por eso tenemos que ir a votar por aquellas opciones progresistas que la defienden

      06/06/2024.
      Artículo de Nuria López Marín sobre el 9J en ElDiario.es

      Artículo de Nuria López Marín sobre el 9J en ElDiario.es

      Muchas veces no somos conscientes de que la mayoría de las cuestiones que nos afecta en lo cotidiano tienen su base en las instituciones europeas. De hecho, en un informe presentado en 2023 por el director general de Comunicación del Parlamento Europeo, Jaume Duch, se afirmaba que en estas instituciones se aprueban buena parte de las normas que nos afectan en nuestro día a día. Según este informe, el 57% de las leyes aprobadas en España en 2022 provenían de directrices y decisiones europeas.

      Por eso, aunque pueda parecer que las elecciones europeas nos quedan lejanas, lo cierto es que nos afectan y mucho.

      El próximo 9 de junio nos jugamos cómo se afrontarán las políticas que, durante los próximos 5 años, se pondrán en marcha en el conjunto de los países que integran la Unión. Con nuestro voto podremos decidir si queremos un proyecto europeo que avance hacia los derechos sociales, la cohesión y la solidaridad o que, por el contrario, se produzca un frenazo (o quién sabe si una desintegración) al modelo de progreso que, con sus dificultades y carencias, hemos conocido hasta nuestros días.

      Las personas trabajadoras tenemos que ser conscientes de que en nuestra mano tenemos la posibilidad de elegir qué modelo queremos para Europa: Si dejamos que la política comunitaria vuelva a afrontarse desde la austeridad, el recorte de los servicios públicos, la pérdida de derechos para las personas trabajadoras, los rescates a la banca mientras las personas se quedan en la calle, cómo las grandes empresas obtienen enormes beneficios sin importarles en qué situación dejan a las personas trabajadoras y las pymes. Una fórmula que ya vimos en la crisis de 2008 y que ha tenido dramáticas consecuencias para las familias trabajadoras. O bien, si apostamos por esa Europa que aboga por proteger los derechos, por hacer políticas expansivas que fortalezcan el progreso colectivo, la acción común y la cohesión social como ya se ha hecho durante la pandemia y en la crisis de Ucrania blindando la subida de los precios de la energía por medio de la excepción ibérica, asegurando vacunas y suministro de mascarillas, protegiendo los derechos laborales y el tejido productivo e intentando generar transiciones energéticas, medio ambientales y sociales por medio de la inversión de los fondos europeos.

      Dependiendo de quienes gobiernen en el Parlamento Europeo y las instituciones de la Unión, tendremos unas políticas u otras y de ello dependerá el progreso de los países que componemos la Unión Europea y por tanto de su ciudadanía, pero también la extensión de la solidaridad, de la igualdad y de los derechos. A nadie se le escapa que una ola reaccionaria acecha Europa y busca debilitar lo colectivo, desarmar la racionalidad de la ciudadanía y crear un falso espejismo de que se puede retroceder a los viejos tiempos. Nada más lejos de la realidad.

      Somos más las personas que queremos una Europa social plural, abierta y solidaria, que extienda la democracia, sus valores y el respeto por los derechos humanos. Por eso tenemos que ir a votar por aquellas opciones progresistas que la defienden.

      En Andalucía sabemos bien la importancia de Europa y cómo la solidaridad es importante para el desarrollo y el progreso de territorios como el nuestro. Para las andaluzas y andaluces, esta cita electoral tiene aún más si cabe mayor relevancia. Para Andalucía es de vital importancia el progreso del proyecto social europeo.

      En el momento de transformaciones que se están dando, nos encontramos ante la oportunidad histórica de transformar el tejido productivo andaluz, desde la industria agroalimentaria, pasando por la energética, las industria de transformación o la construcción, entre otros, y generar con ello más empleo y de mayor calidad, con salarios justos y mejoras en materias laborales, por medio de las políticas europeas y los fondos de nueva generación. La oportunidad está ahí con el auge de las energías verdes para generar autonomía estratégica, con la transformación de nuestra industria para incorporar la digitalización, la innovación tecnológica y hacerla más sostenible. Andalucía necesita una Europa fuerte para abandonar el déficit histórico que arrastra nuestra industria y nuestras infraestructuras, a la vez que anteponga los derechos de la ciudadanía, la igualdad y el fortalecimiento de los servicios públicos y el sector de los cuidados. Y todo eso será una realidad o una oportunidad perdida dependiendo de qué opciones políticas gobiernen Europa.

      Comisiones Obreras apuesta y cree en un proyecto europeo sólido y abierto al mundo. Una Europa que tenga un papel predominante en la extensión de la democracia, de los derechos humanos y la paz en el mundo. Una Europa que sea un freno al odio, al populismo, al racismo y al deterioro constante de las instituciones democráticas. Y una Europa que “se moje” cuando se cometen atrocidades y acciones genocidas como las que tiene lugar en Palestina y que apueste por encauzar el entendimiento en aquellos conflictos (incluidos los de Ucrania) como garante de la paz y teniendo voz propia.

      Nos jugamos cómo regular la avaricia de los mercados, de las grandes corporaciones empresariales y financieras que, con el desarrollo por ejemplo de la big data o de la inteligencia artificial, están obteniendo enormes beneficios y ejercen su poder para evitar pagar impuestos que contribuyan a mejorar la vida de la gente.

      n Andalucía, fueron muchas las personas que tuvieron que salir de nuestra tierra buscando un futuro mejor, por eso sabemos bien que las personas migrantes, que huyen de las guerras, de la pobreza y buscando oportunidades de vida, deben ser tratados como lo que son, personas y que el odio, el racismo y el egoísmo empobrece a las sociedades y las vuelve inhumanas, por eso hay que seguir avanzando hacia un proyecto europeo de solidaridad, acogimiento, acompañamiento e integración y que salvaguarde la dignidad humana y los derechos más fundamentales.

      Tenemos la posibilidad de consolidar esa Europa que responda desde lo común. Un proyecto que nos ha fortalecido y que ha permitido resistir a una crisis de consecuencias dramáticas, que ha permitido que las personas trabajadoras hayan podido acceder a las vacunas y que ha permitido dar una respuesta social a los retos de este tiempo. Queda mucho camino por andar para hacer de Europa esa casa de todos. Una Europa solidaria, bastión de defensa de la democracia, de la igualdad que desarrollo los derechos y el progreso de sus ciudadanos y ciudadanas. Esa es la Europa que queremos las personas trabajadoras. Y por ella votaremos el próximo 9 de junio: Por los derechos, por la justicia social y por un fututo de progreso. Porque nuestros derechos también se deciden en Europa.