Comisiones Obreras de Andalucía | 28 marzo 2024.

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    Un alto porcentaje de las más 6.000 trabajadoras del sector de la dependencia consume fármacos de forma habitual para paliar el dolor muscular

      04/12/2019.
      Los responsables sindicales de Sanidad y Sectores Sociosanitarios en la jornada "Tus derechos, la mejor medicina"

      Los responsables sindicales de Sanidad y Sectores Sociosanitarios en la jornada "Tus derechos, la mejor medicina"

      Una habitación, otra habitación, levanta, lava, viste…, otra habitación, otra más… y todo esto listo para que todos y todas puedan desayunar a la hora. Y después vuelve a empezar. Una carga de trabajo consecuencia de, como denuncia CCOO, unas ratios insuficientes que exigen tan solo 2 gerocultoras por cada 10 usuarios de una residencia para mayores en situación de dependencia.

      Estas son las condiciones en las que desarrollan su trabajo diariamente las más de 6.000 trabajadoras del sector de la Dependencia en Córdoba, unas 2.300 en residencias y el resto en servicios de ayuda a domicilio, un colectivo que, por estas circunstancias, presenta un elevado consumo de fármacos y psicofármacos para paliar sus dolores musculares y rebajar su nivel de ansiedad.

      Estas son algunas de las conclusiones que se han dado a conocer hoy en la jornada ‘Tus derechos, la mejor medicina”, fruto de una iniciativa que recoge las conclusiones de nueve grupos de discusión y 24 entrevistas en profundidad realizadas en nueve ciudades españolas entre personal del sector (gerocultoras, limpiadoras, enfermeras, personal de Medicina del trabajo y atención, servicios de prevención, representantes sindicales, etc.).

      En cuanto a las formas de consumo, la campaña revela que se trata de un “policonsumo”, ya que unos medicamentos les lleva al consumo de otros para paliar los efectos de los primeros. Entre los fármacos que más consumen destacan los analgésicos o antiinflamatorios y los relajantes para aliviar el dolor muscular. Luego surgen los ansiolíticos para tratar el estrés y la ansiedad que sufren por las altas cargas y ritmos de trabajo ocasionados por unos residentes cada vez más pluripatológicos que suponen mayor grado de dependencia y, por tanto, de atención. Muchos de estos fármacos implican la utilización de otros como por ejemplo protectores gástricos, etc. para paliar los efectos secundarios de los anteriores.

      Los grupos de discusión y las entrevistas han revelado también que en la mayor parte de los casos, analgésicos y antiinflamatorios no son recetados por un profesional, funciona mucho el boca a boca.

      Para CCOO es imprescindible que se evalúen adecuadamente los riesgos a los que están sometidas estas trabajadoras, que se mejore significativamente la vigilancia preventiva de la salud y que se garantice una formación adecuada para cada puesto de trabajo, cubriendo aspectos técnicos y relacionales en las residencias.

      Mejorar las condiciones de trabajo para que cumplan con los convenios del sector, pliegos de condiciones en las comunidades autónomas y ayuntamientos que se ajusten a valor real del servicio a prestar y una mejora de las condiciones salariales, son condiciones indispensables para conseguir que este sector, en plena expansión, no se vea abocado al regreso a tiempos pretéritos, donde el derecho actual entonces era una dádiva.

      Para este sindicato es fundamental el incremento de la financiación por parte de la Administración del Estado, para equilibrar la financiación con las comunidades autónomas, que hoy podría superar el 80%; por el contrario, el Estado no llegar al 20% de la aportación total.

      Todo este desequilibrio ha supuesto a las personas dependientes retrasos en la concesión de las prestaciones a las que tienen derecho, pera además ha supuesto que las trabajadoras que desarrollan su actividad en este sector –que está muy feminizado, pues más del 90% de los empleos están ocupados por mujeres- mantengan salarios por debajo de los 14.000 euros anuales; con unas condiciones laborales muy precarias y con un alto índice de bajas laborales, donde las ratios de personal son insuficientes para garantizar una buena atención a las personas dependientes.